Pensamiento uno

Desde que descubrí el camino hacia la luz, no paro de rebotar contra la lámpara.















UPCN Feria del libro 2018

UPCN Feria del libro 2018
Presentación de "La marca de Gualeguay 1".

Pensamiento dos

A tener en cuenta: la felicidad es un arte efímero.

miércoles, 20 de junio de 2012

Una historia para Julia (IX)

Ayer fue mi primer día del padre. Tenía cierta expectativa con el día, cómo será, qué me pasará cuando me digan: Che, feliz día, porque hace cuarenta y tantos días con yapa que vino Julia, y entonces, sí, señor, feliz día, sos papá: Soy tu papá. Los amigos, la familia, las personas conocidas, todos estuvieron de feliz día para mí, y todo gracias a vos. La pregunta estuvo cantada cada vez: ¿Y, papá, qué se siente?, y tanto preguntar en ellos, y tanto encontrar en mí qué decir, cómo contar, es que terminé preguntándome: Che, barbeta, papi de Julia, qué onda, qué sintonía, qué revuelto Gramajo anda de feliz día en tu interior. Fue así, hija, que caí en la cuenta de que en realidad vengo de día del padre sostenido. Si por este día felicidad se entiende y se desea, vengo de fiesta desde el 28 de abril, porque la constelación del padre, una de las pocas que no crece en el cielo estrellado sino en el barrio de los hombres, se camina a través de la búsqueda de las esquinas más felices, y eso siempre me gustó, buscar los cruces en la vida. Encontrar esquinas, también elegirlas, algunas efímeras y otras eternas. Entre estas últimas, hoy, ahora, me quedo en la esquina de tu mirada, en la de tu cuerpo dentro de mi abrazo. Descubro buzones rojos que guardan palabras en tránsito, escribo cartas de ayer y de hoy, dejo señales en todas las esquinas en las que busco dar con tu alma: en cada caricia, en cada beso chiquito, en mi dedo atrapado por tu manito, y desde hace un puñado de días, hago esquina en tu sonrisa, en la luz de tu cara de pibita haciendo señales en nuestro universo de San Cristóbal, siempre tan cerca de Boedo. Vengo de feliz día desde que naciste, y así quiero seguir, así queremos seguir con mamá Evangelina, seguir en nosotros con las mismas ganas de encuentro. Claro que hay veces que nos cachetea un llanto que todavía no entendimos y pinta tormenta, pero luego todo se aplaca cuando mamá hace magia, cuida que te cuida con su imaginación que no para hasta que otra vez llega la calma, sea chupete respirando a buen ritmo, sea piquito de amasar sonrisas en reposo. Ahí es cuando logro desatar el moño de payaso asustado que se empecina en ajustarme la garganta. Feliz día del padre, sí, desde que te vi.