Julia reconoce las voces. Como si fuera un cuento para chicos, así me lo contaron y entonces pensé en vos. Y me encontré escuchándome porque vos me escuchabas. No importaba saber cuánto entendías las palabras de los grandes, era saber que sabías de la música de cada uno. También pensé en todo lo que te vengo diciendo dentro de mi silencio, en mi contemplación de mamá Evangelina. Pero cuando apoyo la mano sobre la panza de mamá para acariciarte, quiero que sepas, las palabras casi no me salen, y tampoco me aparecen mucho los pensamientos. Ya me vas a conocer mejor, siempre le ando dando vueltas a las ideas y las imágenes, porque mi oficio es la escritura y me gusta contar historias y mirar cómo vive la gente. Te decía que cuando te acaricio tan cerca y un tantito más lejos que mañana, no me salen muchas palabras, ni ideas, ni pensamientos, y que a veces mamá quiere escucharme y por ahí pregunta, y yo, bueno, creo que me pasa como a vos, te reconozco en la música y no sé, me digo: ¿importa saber cuánto puedo entender de las maneras de decir de los más chicos?
viernes, 20 de abril de 2012
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