Naciste el 28 de abril de 2012, exactamente a
las 02.52 del sábado. Te esperamos durante casi tres horas, tan contentos como
nerviosos. La verdad era la misma para los tres: todos nos asomábamos a un
mundo nuevo lleno de nuevos mundos más pequeños. Paisajes sucesivos, como si fuéramos
mirando desde la ventanilla de un tren: en la sala de parto las primeras
miradas, los primeros roces con la vida, la unión definitiva de nuestras
presencias. Te quejabas un poco cuando te tuve por primera vez en mis brazos.
Callaste enseguida. Tus ojos oscuros me llamaron la atención, también tus
pestañas largas. Te miré y sentí que vos me mirabas. Un instante de silencio.
Fue en ese silencio que me dije: ¿De dónde venís, Julia? Y cuando pregunté “de dónde”
entendí que no preguntaba por la historia reconocible de tu cuerpo, preguntaba
porque sentí que vos llegabas de un lugar desconocido y maravilloso. ¿De dónde
tu alma, Julia? Lo sé: Del misterio. Tus ojos guardan el secreto.
martes, 1 de mayo de 2012
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1 comentario:
Leí sobre Julia, y se me iluminó el alma con una luz rosadita, y los labios se levantaron en una media sonrisa mientras los ojos despedían una chispa de contento... pero seguí leyendo... y encontré esa otra escritura, sobre Liliana, que me ensombreció la alegría por Julia. Pero la vida esto, ¿no? Estamos de paso para sorberla trago a trago. Espero que Liliana se haya bebido toda la vida con placer. Y que Julia comience a sorberla...
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