Estos ojos han visto la película Invasión (1969) de Hugo Santiago. La
idea argumental es de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. La invasión de
la ciudad de Aquilea en 1957, filmada sin disimulo en Buenos Aires de finales
de los ‘60.
En un bar, uno de los militantes de la
defensa, siempre hay gente para una patriada, toma una guitarra y canta Milonga de Manuel Flores de Jorge Luis
Borges: Manuel Flores va a morir, / eso
es moneda corriente; / morir es una costumbre / que sabe tener la gente. // Y
sin embargo me duele / decirle adiós a la vida, / esa cosa tan de siempre, /
tan dulce y tan conocida. // Miro en el alba mis manos, / miro en las manos las
venas; / con extrañeza las miro / como si fueran ajenas. // Vendrán los cuatro
balazos / y con los cuatro el olvido; / lo dijo el sabio Merlín: / morir es
haber nacido. // ¡Cuánto cosa en su camino / estos ojos habrán visto! // Quién
sabe lo que verán / después que me juzgue Cristo. // Manuel Flores va a morir,
/ eso es moneda corriente: / morir es una costumbre / que sabe tener la gente.
Por
qué morir -dice el muchacho de la película- por gente que no quiere defenderse. El
jefe de la resistencia sentencia que la
ciudad es más que la gente. Ganan los malos, la invasión se lleva a cabo, y
los defensores siguen resistiendo.
Película misteriosa, con toques
fantásticos, con maneras de otro planeta, y de este, donde hay hombres que no
dudan en condenar al hermano. El hombre frente a la invasión de la muerte,
pensé cuando en la milonga de café el cantor confiesa: ¡Cuánto cosa en su camino / estos ojos habrán visto! Fue entonces
cuando recordé que mis ojos también han visto al replicante líder de Blade
Runner (Ridley Scott, 1982) en el momento en que dice aquello que sus ojos
vieron: cosas de no creer, naves de ataque en llamas más allá de Orión, y rayos
brillar en la oscuridad, cerca de la Puerta de Tannhäuser. Dijo el replicante que
todo lo visto, todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en
la lluvia. Dijo para terminar: Es hora de morir.
Mil maneras de morir en esta ciudad
invadida por el rey de amarillo. Pienso en todo lo que he visto con estos ojos,
porque morir es una costumbre / que sabe
tener la gente que no supo ver de dónde venía, de qué tiempo venía, la
invasión de nuestra actual Aquilea.
Cantó el guitarrero: morir es haber nacido. Vivir es haber
usado los ojos para reescribir este tiempo.
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