Sucedió en
París. El hombre poeta pidió permiso y se acercó hasta el hombre presidente.
Hubo abrazo entre los hombres: uno presidente de la Argentina: Alberto
Fernández; el otro, el poeta, José Muchnik, que además de guardar contentura y
orgullo en el cuore, llevaba un libro en la mano: Proposición poética para anular la deuda externa. El libro es parte
de su laborar cotidiano, y en su quehacer palabrero, el hacedor, anota la existencia
del otro: el hermano, en estos tiempos de destructivismo
mundial: La hipocresía se declina / como
un verbo regular / en todas las personas del olvidativo / Y el hombre se vuelve
cifra / las cifras pierden su sangre / y confeccionan matemáticos modelos / con
sintéticas telas / que no saben apreciar / el desamparo del desnudo.
El poeta
ensaya su crónica, postales desde Francia: El
encuentro con el presidente fue el 5 de febrero, en el Instituto de Ciencias
Políticas de París. Pronunció una conferencia sobre la situación de la
República Argentina y sus relaciones con la Unión Europea. Anfiteatro lleno,
público constituido principalmente por estudiantes del Instituto, y algunos
invitados externos. Preguntás por mi impresión: como viejo exilado, contento y
orgulloso de escuchar al presidente de los argentinos, manifestando su voluntad
de volver a poner a la Argentina de pie. Una conferencia marcada por la claridad
y sinceridad de sus propósitos. Pero más importante que mis impresiones,
cuentan las de los jóvenes estudiantes que la presenciaron, muchos de ellos
latinoamericanos. Los nutridos aplausos, y las charlas personales que tuve con
algunos de ellos, confirman la acogida positiva que tuvo la conferencia del
presidente.
¿Cómo fue
entregar a Fernández Proposición… en
este tiempo de nueva encrucijada en la cuestión deuda externa?: El libro se lo ofrecí al terminar la
conferencia. “¿Está en francés?”, me preguntó. “El título parece un chiste”,
agregó con una sonrisa al ver la tapa “Proposition poétique pour annuler la
dette exterieur”. ¡Un chiste! No me lo permitiría. Es bilingüe, aclaré, fue
publicado en París en 1993; mirá la dedicatoria. Entonces leyó: “A Alberto
Fernández, estos versos no sirven para pagar la deuda, sí para enaltecer
valores”. Efusivo abrazo, fotos, algunos periodistas interesados en saber de
qué se trataba el libro.
Muchnik
sobre su libro desapercibido: Te aclaro que hasta este momento, el libro
dormía tranquilamente. Soñaba con su propio olvido. Aunque de vez en cuando
alguien lo hojeaba y lo arrancaba de su letargo. Luego volvía a su olvido. Ya
sabemos que el destino de los libros es muy difícil de prever. Parece que
ahora, los amigos de la editorial CICCUS van a resucitar “Proposición poética
para anular la deuda externa”, el contexto es “propicio”.
¿Qué piensa
el ciudadano/poeta sobre la deuda externa?: Cuestionar
la deuda externa, los principios económicos que rigen el funcionamiento de
nuestras sociedades, a partir de la experiencia poética del mundo, parece una
provocación en los tiempos que vivimos. Sin embargo, es útil recordar que ya
Francisco de Quevedo Villegas, en pleno auge del Siglo de Oro español,
incentivado por la conquista de América, condensa en el célebre poema: “Poderoso
caballero es don Dinero”, su crítica al poder fundado en el dinero como valor
supremo.
Un paisaje
fulería: Los “poderosos” de hoy en día,
con la ayuda de matemáticos modelos, han construido un Homo Economicus
cuantificable, guiado por la búsqueda del máximo beneficio, pues ahí suponen
que encontrará la fuente de la felicidad. Cuantifican los comportamientos de la
gente como si se tratase de objetos físicos, construyen una representación de
la realidad que legitima las estructuras de poder y su reproducción, así
justifican científicamente las injusticias, actuando en nombre de “leyes
divinas” sacrifican la mayoría de los habitantes del planeta, y al planeta
mismo.
El arte de
cuestionar: La poesía fue parte esencial
del desarrollo de la humanidad. Mucho antes de que la escritura misma existiera,
de manera oral, la poesía transmitía ritos mitos historias valores… de las
diferentes sociedades. No sólo los hombres y la naturaleza, también el lenguaje
fue sometido/manipulado para ponerlo al servicio del modelo dominante. Una
palabra alcanza para revelar la estafa, una palabra que dice mucho: libertad.
El “libre mercado” constituye una de las piedras fundacionales del edificio de
barajas que se está desmoronando. Y esperamos siempre el famoso punto de
equilibrio de un “libre mercado” que no es libre, ni el mercado de productos,
ni el de capitales, ni el de trabajo. ¿Libertad de oportunidades? ¿Cuál es la
libertad de un trabajador? ¿Vender su tiempo en cambio de un salario fijado por
reglas que no controla? ¡Cuando tienen la suerte de poder vender su tiempo! La “realidad”
depende del lenguaje con que se la describe. La “Batalla del lenguaje”, la
batalla por acercar las palabras a la verdad, es tal vez menos evidente, pero
no menos fundamental que las batallas en el orden político económico o social.
Es en esa batalla que la poesía tiene una misión importante, la misión de
cuestionar con un lenguaje sensible la realidad que nos venden como evidente,
pero que no lo es. Otra sociedad es posible, para ello tenemos que aprender a
pronunciar el mundo de otra manera.
Todo libro
tiene una historia: la del impulso de origen, la aparición de la idea, el
mientras tanto del trabajo. Cómo contás la presencia de Proposición…: Es cierto, lo
que vos llamás impulso de origen existe, “algo”, una experiencia, una imagen,
un sueño…, te provocan ese “algo”, esa sensación que tratás de poner en
palabras. La poesía no está en el texto, está en la vida; uno trata, con mayor
o menor fortuna, de retener la poesía de la vida en el poema, tarea
inalcanzable. En este caso preciso, mientras participaba en el Foro
Internacional sobre las Perspectivas Latinoamericanas, organizado en París del
21 al 23 de noviembre de 1990 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
y la Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los
discursos de los tecnócratas presentes me provocaron ese “algo”. De manera casi
inconsciente comencé a escribir “cosas”. El poema “Interrogación y Proposición”
refleja bien esta vivencia.
“¿Quién debe a quién? / […] Si nadie se atreve a
contar / Si nadie sabe quién debe a quién […] ¿Por qué no anular las deudas? /
La de sangre caliente / y creencias arrasadas / contra millares de moneda verde
/ estampados a medida ¿Por qué no imaginar una era nueva? […] Una era poética
para venerar la tierra / (para pedirle perdón por todo) / Una era poética para
venerar el verbo / (para pedirle que vuelva entre nosotros) / Entonces /
Hermanos del mundo / aprended a hablar /y a escucharos nuevamente”.
Avisaba el
poeta en Proposición… del ‘93: (…) el amarillo madurando / en los viejos
antifaces.
En la
escritura de José Muchnik siempre se cuestiona las maneras del Capital
Financiero y sus consecuencias en la Región: Cien años de libertad y Coca-Cola (1990), Amazonía he visto (1997), SEFIKILL:
SErial FInancial KILLers (2014), Desgarros exilios duelos muros (2018).
Afirma
José, el poeta, luego de entregar Proposición…
al presidente: Como decíamos “estos
versos no sirven para pagar la deuda”, pero sí pueden ayudar a cuestionar “la
realidad” y su legitimidad. Ahí reside el espíritu revolucionario de la poesía:
remover el lenguaje barniz cuarteado; buscar rostros verdaderos bajo el
maquillaje de la superficie, dejar al descubierto las manipulaciones de los poderosos.
Dos hombres
estrecharon sus manos, sus palabras de reconstruir las páginas de la poética y
la libertad de la Patria Grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario