Transcurre la media mañana. Saliste a caminar
con mamá Evangelina. Quiero sumarme a ustedes y voy hacia la vereda. No vi
hacia qué dirección enfilaron. Parado en la puerta miro hacia la derecha al
tiempo que pienso en que por ahí están en el almacén de Mariano y Enrique.
Antes de caminar hasta la puerta del almacén, miro hacia la izquierda. Mi
mirada llegó justito para encontrarme con ustedes dos: doblaban en la esquina.
Me viste. Después el grito: Papá. Fui a encontrarlas con un nudo en la
garganta. Hacía tan poco que me llamabas papá.
miércoles, 29 de enero de 2014
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