En estos veintiún meses de Julia, tus palabras
son: mamá, papá, gato o tato, babau, moto, nena, Cata: tu prima, mirá, agua,
dame, pato pato: cuando te vamos a hacer: al agua pato en la bañadera que te
regaló la Rusa. Y
hay una palabrita que necesita una mayor explicación, y que a papá se le pegó: “titó”.
Cuando algo se cae de tus manos, cuando algo se rompe contra el piso, cuando la
mona Jacinta se cae del cochecito en el que pasea: todo eso se gana un “titó”.
Cuando a papá no le gusta una frase, titó, cuando se acaba la botella de tinto,
titó, cuando estaba interesado en escuchar o terminar de leer algo, y vos venís
con un lápiz, una pelotita o un libro para mirar, titó papá, y ni hablar las
veces que titó mamá Evangelina. La vida entera, verás querida hija, es un jardín
de titós. Hay que hacerles frente, y es la mejor manera de andar: sabiendo que
existe “titó”.
miércoles, 29 de enero de 2014
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