La tormenta se acerca. El cielo va tomando la
apariencia de cielo escapado de un cuadro del abuelo Rolando. El viento te
despeina. La misma suerte para los naranjos, las rosas, todo el verde amigo que
nos ilumina el jardín. Los pájaros, los pipi, vuelan urgentes buscando refugio.
Yo te digo que se van a la casa. Las nubes se nos vienen encima. Es una tarde
que va camino a una noche prematura. El viento fuerte es un juego. Saltás con
cada ráfaga. Señalás el cielo. Te hago upa, y no me puedo contener, dejo de
mirar al frente para mirar tu perfil de mascarón de proa que en la altura le
entra con más ganas al juego. El viento es más fuerte. Se te escapa un grito de
pura alegría. Después fugan en bandada. Relámpagos sobre nuestro techo. Caen
las primeras gotas sobre las baldosas, y una marca tu mano derecha. Mirás
tratando de descubrir el rastro del beso que te dejó este fantasma de
naturaleza enamorada. El viento y tu pelo. Tu perfil. Tu mirada intrigada.
jueves, 13 de marzo de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario